LA LACRA SOCIAL QUE ASFIXIA EL SISTEMA, DEBE OBLIGAR AL GOBIERNO A ABORDAR URGENTEMENTE UNA CATARSIS PARA ERRADICAR EL CÁNCER QUE ASOLA ESPAÑA, CÁNCER QUE SOLO PUEDE EXTIRPARSE AMPUTANDO LOS MIEMBROS CORROMPIDOS, QUE EN ESTE CASO SE TRADUCIRÍA POR DISOLVER LAS CÁMARAS Y CONVOCAR ELECCIONES GENERALES, POR HONESTIDAD, POR INTEGRIDAD MORAL, Y POR RESPONSABILIDAD POLÍTICA
«Malaya», «Bankia», «Gürtel», «Eres», «Granados», «Pretoria», Bácenas, Blesa, Rato, Pujol, Carlos Fabra, Acebes, Matas, Cotino, Camps, Costa, etc. etc, etc.
Vease: imputados.htm
El nivel de corrupción de los políticos españoles ya es intolerable,
ya que la relación entre la política y dicha corrupción es más profunda
de lo que quisiéramos y estaríamos dispuestos a aceptar como un mal menor y, nos indignamos con sobrada razón ante una situación que abochorna no solo a España sino a toda Europa y que amenaza con dinamitar una débil democracia que lucha por ser mas transparente para lograr la regeneración que demanda la sociedad, y que gracias a los esfuerzos de los equipos de investigación están logrando poner al descubierto los teje manejes de las cloacas del poder y a los que en ellas se mueven.
La sociedad asiste entre atónita y
abochornada al espectáculo casi diario de un nuevo caso tras otro de corrupción y de cómo se
forran o se han forrado a costa de las clases mas desfavorecidas, tantos sinvergüenzas que se sienten impunes y, se aprovechan de su cargo para
cometer sus tropelías, sus estafas, sus engaños y latrocinios.
Hay días en los que uno lee la prensa y lo único que siente son ganas
de vomitar o cuando menos irse de este país.
El ciudadano de a pie se siente impotente ante estos desmanes cometidos por la casta por la lentitud de la justicia y la impunidad con la que salen indemnes, y aumenta hasta tal punto la indignación y su "mala hostia" que en algunos círculos privados y públicos ya se ha mentado a Robespierre, ya saben el instaurador de la época del terror, donde estaba de moda la guillotina y las horcas en la plaza mayor.
El ciudadano de a pie se siente impotente ante estos desmanes cometidos por la casta por la lentitud de la justicia y la impunidad con la que salen indemnes, y aumenta hasta tal punto la indignación y su "mala hostia" que en algunos círculos privados y públicos ya se ha mentado a Robespierre, ya saben el instaurador de la época del terror, donde estaba de moda la guillotina y las horcas en la plaza mayor.
Por eso es urgente que el Estado despolitice el poder judicial y que la fiscalía juzgue con severidad en vez de apoyar a estos delincuentes de guante blanco, que hasta han logrado echar de la carrera judicial a 2 de los mejores jueces de España por investigarlos e imputarlos (Garzón y Elpidio Silva), para abordar una situación que al igual que un cáncer corre el riesgo de invadir todo el sistema y morir de putrefacción cuando no de inanición.
El ejército de saqueadores que está instalado en la administración,
amasando fortunas a base de desviar los recursos públicos, ha puesto en trance
de ruina y hundimiento el actual sistema político que va desapareciendo y
perdiendo su legitimidad por el sumidero de la corrupción, siendo
sustituido por una Partitocracia cuyo estado ya se conoce en
todos los ámbitos por Trincolandia.
Partidos, políticos, empresarios, alcaldes, todos, han perdido la
honestidad, la moral y la vergüenza, y así parece que Alibaba y los cuarenta
ladrones han hecho de su habitad social y político a todas las instituciones,
que les sirven para financiar sus corruptelas a base de utilizar el
dinero del Estado, que a la postre es el dinero de todos los contribuyentes, es
decir del pueblo, que se supone que es el derecho que otorga la Democracia a
los ciudadanos.
¿Porque si la Democracia es el Gobierno del pueblo, como es que tantos
mangantes instalados en el mismo, manejen las arcas del Estado en
beneficio propio, cuando el pueblo llano sufre el paro, penurias y
miseria?,
¿Porque es tan difícil imponer unas normas de ética, unas normas que
impidan y erradiquen de una vez por toda esta sangrante corrupción?
Pues esta claro, porque es desde dentro del sistema político,
precisamente los que se están beneficiando del mismo y a ver que valiente
es el que pone el cascabel al gato.
Ante este panorama, solo cabe preguntarnos ¿Si todas las
instituciones políticas, se financian desde el Estado y éste está
soportando el peso de las cloacas, como acabar con ellas sin que se derrumbe?
Se ha comprobado que por muchas reformas que se hagan sobre la financiación
de las entidades político-sociales, no se consigue frenar el lastre de la
corrupción, que ya ahoga a partidos y desacredita a políticos y deslegitima a
la propia Democracia, que es utilizada por los corruptos de turno, amparándose
en su peor virtud, el neoliberalismo, el todo vale, por la falta de
intervención que hace débiles a los gobiernos instalados en la misma.
Desde Diputados, pasando por subsecretarios, ex ministros, ex presidentes,
Consejeros, Alcaldes, concejales, Ministerios y Comunidades, Ayuntamientos y
Diputaciones, España esta sumida en el fango de la Corrupción, una corrupción
que ha prescindido por completo de principios, de ética y de moral y que se ha
extendido en todas las capas de la sociedad de forma transversal y ya asumido
como deporte nacional por antonomasia.
Es ya un hecho que la percepción
sobre la corrupción en España ha aumentado en 2014 por sexto año consecutivo, multiplicándose
e forma exponencial el numero de imputados por corrupción. Los últimos casos
sobre las tarjetas negras de Caja Madrid, el caso Pujol y todo lo relacionado
con la Gurtel y Bárcenas han desbordado de mierda las cloacas del poder,
haciendo casi insoportable el hedor que emana de los círculos del poder
político y económico.
Pocas cosas hay que dañen tanto a la
democracia como la corrupción institucionalizada. Aquella que se mueve entre
los entresijos de los vacíos legales, del conformismo político y de una
presumible complicidad.
Y es que la gente no sabe ya cómo diferenciar entre los «buenos» y
los «malos», incluso dentro de un mismo partido, mientras la ciudadanía,
agobiada por una crisis económica sin precedentes, está harta sobre todo al
comprobar que quienes mandan en los grandes partidos, parecen o no quieren
enterarse.
Los españoles asistimos en las
últimas semanas, entre la indignación y la perplejidad, al desfile de
políticos y ex políticos que comparecen ante los jueces como imputados por
prevaricación, cohecho, fraude fiscal y otros delitos perpetrados al amparo de
un cargo público y destinados a llenar bolsillos privados, salpicando a todos
los partidos y extendiéndose por todo el país, sin que el gobierno sea capaz de
frenarla. Pero si hay algo que nos irrita profundamente es que esos sinvergüenzas
en el 98% de los casos queden impunes.
Efectivamente se trata de una de las peores lacras sociales de la
actualidad, consistente en la realización de negocios en función de
intercambios claramente reprobables como la privatización de empresas públicas
a cambio del consabido puesto en el consejo de administración al terminar las
legislaturas, con el mercadeo de la venta de puestos públicos, el otorgamiento
de impunidad, la concesión de privilegios, el lavado de dinero, el
encubrimiento de fraudes, la amnistía fiscal, el tráfico de influencias, etc.
perdiendo en consecuencia el sentido de la honradez, de la ética, la moralidad
y la justicia.
El mal uso público (gubernamental) del poder para conseguir una ventaja
ilegítima, o la apropiación de los dineros públicos de forma secreta y privada,
ha privado de trasparencia a un Estado y ha llegado a un nivel de corrupción
inaceptable.
Es verdad que todos los tipos de gobierno son susceptibles a la
corrupción política. Las formas de corrupción varían, pero las más comunes son
el uso
ilégitimo de información privilegiada, el tráfico de influencias, el pucherazo, el patrocinio, sobornos, extorsiones, influencias, fraudes, malversación, la prevaricación, el caciquismo, elcompadrazgo, la cooptación, el nepotismo y sobre todo la impunidad.
la corrupción facilita a menudo otro tipo de hechos criminales como el tráfico de drogas, el lavado de dinero y la prostitución ilegal, entre otros.
La corrupción política es una realidad mundial; su nivel de tolerancia o de
combate evidencia la madurez política de cada país, siendo en gran parte
responsabilidad del gobierno de turno, independiente de que esa corrupción se
de también en el sector privado.
La corrupción plantea un serio desafío de cambio. La corrupción en elecciones y en los cuerpos
legislativos aumenta la falta de credibilidad y distorsiona la capacidad de
creación de nuevas normas; la corrupción en el poder judicial compromete al estado de derecho y la corrupción en la
administración pública da como resultado la disposición injusta de servicios,
lo que nos lleva a establecer sistemas de Justicia que alienten la Impunidad,
a fin de debilitar otros aspectos anexos a la Corrupción, como el
neoliberalismo, el Narcotráfico, el Tráfico de Influencias, etc., que siempre
terminan repercutiendo en la sociedad y sobre todo en los estamentos mas
desfavorecidos de la población.
Por desgracia y por vergüenza España ocupa el puesto nº 13 entre los
países mas corruptos del mundo. Y lo peor es que cuando un gobierno no puede
establecer normas eficaces para evitar esta corrupción pierde la condición
legal de honestidad dentro de la esfera política de cara a la percepción de los
ciudadanos, ya que no es capaz de establecer pautas sobre lo justo e injusto,
sobre lo legal o lo ilegal.
La corrupción rompe el tejido social pues disminuye la confianza de los
ciudadanos en las instituciones, el gobierno y entre ellos mismos. También afecta
el nivel ético de la sociedad en su conjunto. En la medida en que la corrupción
se generaliza, los escrúpulos éticos se van perdiendo, y lo que es mas triste,
la educación moral en estas circunstancias se vuelve prácticamente imposible.
La virtud de la honradez y de la justicia se convierte, en estas
circunstancias, en una actitud tonta, indigna de una persona verdaderamente
valiosa.
Queda claro que luchar en contra de la corrupción puede generar enormes
beneficios a la sociedad de un país, pues se ha comprobado a través de diversos
análisis económicos que los países que mejoran de manera moderada el control de
la corrupción pueden esperar un aumento de cuatro veces en los ingresos per
cápita a largo plazo.
Esta claro que los países que tienen instituciones débiles y desafíos de
gobernabilidad son los que encaran mayores problemas de corrupción y que los
más perjudicados por esta enfermedad social son las clases sociales menos
favorecidas.
A mi juicio, la corrupción es "perfectamente controlable", lo que
hace falta es afrontar el problema y no resignarse. Para ello, como ha dicho
Garrigues es urgente y necesario un pacto político y que exista voluntad por
parte de los gobiernos para implantar sistemas que controlen la corrupción, con
medidas severas y ejemplarizantes.
Porque la corrupción daña más a los pobres, quienes son los que resienten
más el declive económico y son menos capaces de pagar los costos extras
asociados con el fraude y mucho mas en la actual crisis económica que estamos
sufriendo.
El gobierno debe sin mas demora y para evitar una alarma social que derive
en situaciones de inmoralidad general revisar la legislación y endurecer
severamente las penas a la vez que de forma tajante, se depure
la inmoralidad política y económica, no solo de los partidos, sino de todos
aquellos políticos sin escrúpulos que prosperan ilícitamente degradando la
función pública.
La corrupción es un problema que nos afecta a todos y entre todos
tenemos que erradicar ayudando a la Justicia y a la Ley
Independiente de que la corrupción en España se deba a la discrecionalidad
dada por el gobierno, es decir la falta de control de las instituciones, bien
es verdad que la causa principal está en la politización de las mismas.
Pongamos a modo de ejemplo que en España, el partido que controla un
gobierno local puede nombrar multitud de altos cargos y asesores, y, a la vez,
tejer una red de agencias y fundaciones con plena discreción en política de
personal.
En total, en una ciudad media española puede haber cientos de personas
cuyos salarios dependen de que el partido X gane las elecciones. Esto genera
diversos incentivos perversos para la corrupción. ¿Y que se puede hacer para
acabar con la politización?
Pues volver a centralizar el poder en un número
mínimo de personas y si se puede en una sola persona y así se evitaría que
ciertas redes clientelares de los políticos, eliminasen y redujesen en las
malas políticas, transformando a los políticos malos en buenos.
La organización y colaboración internacional en la lucha contra la
corrupción debe ser indispensable a la hora de acabar con los paraísos
fiscales. Hacer que ser corrupto no salga rentable y concienciar a los
responsables de que la corrupción debe tener un severo coste político
para los corruptos y de que en España no va a seguir la permisividad con la
corrupción.
La transparencia "es el mejor antídoto contra la corrupción
y debemos evitar que el actual sistema suponga un blindaje en toda regla
para la corrupción.
.Si los diversos mecanismos de control con los que nuestro sistema político
y legal trata de evitar el uso en beneficio particular del desempeño de un
cargo público, esto es la corrupción política, se han demostrado claramente
insuficientes en este terreno, deben establecer otros mas amplios,
mas severos y eficaces, sin medias tintas que sean capaces de frenar de
una vez por todas tanta indecencia y sinvergonzonería y yo os aseguro que
si quieren poner remedio, medios y formas hay para hacerlo. Otra cosa es la
connivencia con tales actitudes, en ese caso cada uno creo que sabe lo que debe
hacer.
Solo nos queda una reflexión; Ante el cáncer que asola y empobrece el
país creando una casta de ricos desalmados, y sumiendo a la gran mayoría en la
pobreza, para un Gobierno honesto, valiente y decidido y para evitar que se
siga extendiendo y crear una metástasis, lo razonable, lo aconsejable es
cercenar y extirpar los tumores que ponen en peligro nuestro sistema
actual de valores, nuestro bienestar y nuestro futuro y esto señores aunque es
doloroso, es preferible y hay que hacerlo, sin dudar ni que nos tiemble el
pulso, pero no con normas de ética o un decálogo de buenas intenciones,
sino con las medidas que lo erradiquen para siempre y esas medidas drásticas aunque duelan, son totalmente necesarias.
Con toda seguridad y convicción aquí hace falta algo más que una reforma y
todos sabemos lo que “España” necesita……
¿Que valiente le pondrá el cascabel al gato?
Si la permisividad continua en España a mi desde luego no me
llamaran tonto
por ser honesto.
MAPA DE LA CORRUPCIÓN EN ESPAÑA